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A veces,
cuando la bruma espesa de mi ignorancia lo permite
puedo atravesar la bruma espesa de tu apariencia
y ver el ser divino que eres.
Entonces, me extasío en la contemplación de tu belleza
y me fundo en el gozo de tu divinidad.
Otras veces,
esclavo de mi esclavitud, cegado por mi ceguera,
me hundo en el lodazal oscuro de tus impurezas aparentes
y la contemplación del gozo se extingue.
¡Cómo te busco entonces sin encontrar
mas que las sombras del desamor, la separación,
y la soledad!
Te lo ruego,
no me dejes naufragar en mi oscuridad oceánica.
Haz que tu Clara Luz alcance
las zonas mas remotas de mi ignorancia.
Hazte presente cuando mi corazón se pierde en tu ausencia
y hazme ver que sólo tú existes más allá de las apariencias.
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